Por: Diego Corta, líder del área de Investigación y Mejora Continua IDU
En diciembre del 2024, nuestra área de Investigación y Mejora Continua entrevistó al doctor Daniel Trias, licenciado en Psicología por la Universidad Católica de Uruguay (UCU), magíster en Psicología Cognitiva y Aprendizaje por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) Argentina y doctor en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente, es docente investigador en la UCU y su línea de investigación se centra en motivación y autorregulación en contextos educativos. Autor de diversos artículos de investigación, capítulos y libros vinculados a temáticas en psicología educacional.
En su experiencia, para usted qué es el aprendizaje autorregulado.
El aprendizaje autorregulado es la capacidad fundamental del estudiante para dirigir y gestionar su propio proceso de aprendizaje dentro del entorno académico, con el objetivo de alcanzar sus metas personales.
Implica una gestión consciente de los pensamientos, emociones y acciones, adaptándolos de manera flexible a las características del contexto, la tarea y las demandas específicas. Precisamente, esta habilidad para ajustar estrategias frente a objetivos y circunstancias variables es lo que define al aprendizaje autorregulado. Su relevancia en la educación superior es alta, dado que las tareas, los requisitos y los recursos disponibles cambian constantemente, exigiendo esta flexibilidad. Por ello, existe un vínculo directo y sólido entre el desarrollo de la autorregulación y el éxito académico."
De qué manera sería importante desarrollar este aprendizaje autorregulado para un estudiante universitario
Un estudiante universitario tiene que lograr aprendizajes complejos y habilidades que no se despliegan de una única manera, sino que tienen que responder, de forma flexible, a distintos contextos profesionales. En esta línea, el aprendizaje autorregulado contribuye a ese aprendizaje complejo y a la posibilidad de responder a distintas demandas. También se habla mucho de la necesidad de seguir aprendiendo a lo largo de la vida, que se asocia a la posibilidad de tomar conciencia de los propios procesos de aprendizaje. El responder a las distintas demandas, de manera flexible y ajustando los recursos para aprender se relacionan con el aprendizaje autorregulado. Finalmente, se habla de contextos profesionales muy cambiantes y es importante que nuestros estudiantes estén preparados para eso, con buenos recursos metacognitivos y posibilidades de gobernar el propio aprendizaje.
Actualmente, en el ámbito de educación encontramos varios términos como el aprendizaje autónomo, ¿qué relación existe entre este tipo de aprendizaje y el autorregulado?
El aprendizaje autorregulado, concepto proveniente de la psicología, permite comprender los procesos psicológicos que un estudiante activa para alcanzar un aprendizaje autónomo. Es importante aclarar el término 'autónomo', ya que erróneamente puede asociarse a la idea de un aprendizaje solitario. En general, cuando revisamos lo que se sabe sobre el aprendizaje autorregulado, nos damos cuenta que siempre requerimos de la colaboración de otros para aprender. En la medida que somos autónomos, tenemos más capacidad de gobernar el propio aprendizaje, más capacidad de adueñarnos, de algún modo, de ese proceso, lo cual es necesario en el contexto universitario y, por otro lado, nos posibilita continuar aprendiendo sin que el docente esté supervisando en cada minuto o que esté poniendo una nota por cada cosa que hago.
El aprendizaje autónomo siempre implica a otros y el aprendizaje autorregulado, de algún modo, puede dar cuenta de esos procesos psicológicos que están implicados en el aprendizaje autónomo.
Cómo el docente puede identificar cuando un estudiante aprende de manera autorregulada
Para un docente, es de suma importancia que pueda identificar y promover el aprendizaje autorregulado y autónomo en sus estudiantes. Hace poco publicamos un artículo con estudiantes universitarios de química y muchos estudiantes se dan cuenta de lo que hacen al momento de estudiar, el tiempo que dedican, el esfuerzo que hacen y las actividades que emprenden. Esas actividades no necesariamente son eficaces o las mejores para aprender química. La misma situación puede pasar en distintas disciplinas de la universidad. Entonces, es importante que el docente universitario no dé por obvio que el estudiante sabe lo que hay que hacer para aprender su disciplina. En general, cuando nos preguntan qué hay que hacer para aprender una disciplina, ingenuamente decimos “leer y resumir”. Quizá sea difícil decir que eso no es importante, pero hay mucho más y el docente debe identificar qué es lo que los estudiantes están haciendo. Puede preguntar directamente, “¿qué hacen ustedes cuando tienen que resolver un problema de química, física, matemáticas, elaborar una escultura, etcétera?” y cotejar con lo que se supone que habría que hacer o lo que un experto o el mismo docente hace en su actividad profesional. Es así que podemos identificar a un estudiante que aprende de manera autorregulada preguntando, observando e infiriendo qué hacen; por otro lado, también resulta útil plantear algunas preguntas que acompañen la actividad de evaluación, donde los estudiantes tengan que dar cuenta de sus propios procesos, eso puede ser un indicador. En ocasiones, es notorio cuando no se autorregula el aprendizaje, por ejemplo, brindamos una consigna por escrito o una evaluación y observamos que los estudiantes están respondiendo inmediatamente a ella. Si bien los estudiantes saben en qué consiste esa evaluación, un tiempo dedicado a la planificación no estaría mal y podría beneficiarlos.
No estoy brindando un inventario de conductas a observar ni de cosas que dicen los estudiantes, pero sí sugiero a los profesores que se guíen por lo que se supone debería hacer un buen profesional en su disciplina. Algunas preguntas para reflexionar sobre esto serían: ¿cómo habría que encarar estos problemas en física?, ¿qué necesitan los estudiantes para resolver una actividad de diseño arquitectónico?, ¿por dónde comenzamos para construir una escultura?, ¿qué es lo que tendrían que hacer y qué es lo que están haciendo?. Se trata de comparar el saber experto y disciplinar contra lo que estás haciendo. No es para llevarlos inmediatamente a lo que el experto hace, sino para ver qué pueden necesitar esos estudiantes en su repertorio para la gobernanza de su aprendizaje.
Mencionó que muchos estudiantes encaran una tarea de manera directa a la acción y les convendría el tomar un paso previo de planificación. Siguiendo esa idea, entenderíamos que el aprendizaje autorregulado no solo involucra las estrategias para resolver un problema, sino también una planificación previa que el estudiante tiene que realizar. ¿Puede explicarnos las etapas de la autorregulación?
Claro, es importante enfatizar que la autorregulación no se reduce a la mera ejecución de una tarea, sino que la planificación es un componente importante para aprender de forma autorregulada. Planificación en la que me hace consciente de los objetivos, los míos, lo que me están pidiendo, los recursos que tengo y las limitaciones también. A veces los estudiantes realizan prácticas rituales, es decir, no consideran lo que se demanda de ellos para una tarea. Por ejemplo, si están revisando un texto, no consideran lo que les están pidiendo, si es solo leerlo o aclarar un concepto, o simplemente exponerlo en clase: no consideran el objetivo. Es importante recordar que no siempre leemos para lo mismo; en la universidad hay textos de distintas disciplinas, niveles de dificultad y propósitos. Entonces, que el estudiante pueda tener un poco más de conciencia del por qué está encarando esa actividad, puede orientarlo mejor.
En cuanto a planificación, detenerse unos segundos a reflexionar sobre qué es lo que está pidiendo el profesor, qué es lo que me demanda la tarea, cuánto sé de esto y con qué lo puedo conectar; se convierten en segundos bien ganados y aprovechados para monitorear si voy bien o no en el desarrollo de la tarea, si tengo que hacer algún ajuste y cuando la cosa se complica más de la cuenta, quizá, reajustar la planificación.
A veces, al estudiante le parece obvio que si le dan un texto tendrá que contestar algunas preguntas posteriormente. A los profesores también, nos parece obvio que si damos un texto es para leer, pero no damos claves que podrían propiciar un mayor aprovechamiento de esa actividad de lectura orientada al aprendizaje.
La planificación implica ser consciente de para qué estoy haciendo algo, cómo lo tengo que encarar o por dónde voy a ir.
Dentro de ese proceso, también está la cuestión de una planificación realista. Entonces, hay un rol importante del docente de identificar cuáles son las dificultades más frecuentes que encuentran sus estudiantes cuando realizan una actividad propia de su disciplina y, frente a esas dificultades, evitar los mecanismos de sobreprotección como, por ejemplo, eliminar la actividad o hacerla más sencilla, sino darles pautas para que puedan sobrellevar dichas dificultades.
Volviendo a tu pregunta, sí, el aprendizaje autorregulado implica detenerse, a veces unos segundos, a veces más, y preguntarse ¿para qué estoy haciendo esto?, ¿cómo puedo encararlo?, ¿qué dificultades puedo llegar a encontrar y cómo podría resolverlas?. Con eso tenemos algo de terreno ganado, obviamente, cuando los estudiantes ya saben mucho de algo, esto es mucho más fácil de hacer y obviamente, cuando los estudiantes empiezan un curso o se van metiendo a una disciplina, esto es mucho más complicado por lo que requieren el apoyo del docente.
Comentó algunas formas en que el docente puede aportar a este proceso, a través del modelado y el desarrollo de ciertas estrategias. ¿Podría darnos más ejemplos de cómo un docente puede aportar al desarrollo del aprendizaje autorregulado a sus estudiantes?
Los docentes, en la universidad, podemos aportar mucho a este proceso. Por un lado, propiciando ambientes de aprendizaje que generen cierta seguridad al estudiante. Que le permitan actuar y que el estudiante pueda corregirse, recibir retroalimentación, mostrar lo que está haciendo, cómo está pensando y ajustar, revisar, mejorar y aprender. Por otro lado, el aprendizaje autorregulado se desarrolla en la medida que las demandas del curso lo requieren y lo estimulan.
Si lo único que tengo que hacer es aplicar una regla fija y al salirme de esa regla recibo un castigo es muy difícil desarrollar el aprendizaje autorregulado. En ese contexto se requiere repetir una técnica o procedimiento, pero si el profesor necesita de un aprendizaje autorregulado, entonces deberá fomentar un clima de seguridad y confianza, estimulando el trabajo autónomo de los estudiantes. Otra sugerencia es: seleccionar tareas lo suficientemente exigentes y retadoras para los estudiantes. Lo que es muy fácil no va a promover la autorregulación; lo imposible o inalcanzable, tampoco. En cambio, tareas que sí son desafiantes considerando el nivel que traen los estudiantes en esta asignatura, se relaciona con la promoción de la autorregulación. También es importante identificar qué obstáculos van a encontrar y considerar cómo ayudar a los estudiantes a resolverlos. Finalmente, es importante tratar de enseñar algunas estrategias que puedan ser claves para el aprendizaje en el curso se propone. Por ejemplo, en una asignatura de escultura, podemos mostrar los procedimiento a realizar y el estudiante podrá reproducirlos. Pero también hay procesos mentales involucrados y estos son internos, por lo que el docente podría explicitar cómo planifica el desarrollo de una escultura y cómo resuelve las dificultades propias de la tarea. En un curso de filosofía, el docente podría comentar lo que hace cuando lee un texto, comentarles a sus estudiantes, por ejemplo “yo, cuando leo un texto, como el que les toca leer a ustedes, pienso mucho en a quién le está hablando ese filósofo, en qué contexto está diciendo esto. Y antes de leer, le presto mucha atención a quién lo escribe, a quién se lo dirige, si sé algo de eso me ayuda, sino trato de indagar”. Por el lado de otras profesiones, un profesor también tiene sus claves para adentrarse en su disciplina y hacerlas visibles, lo cual resulta de mucha ayuda para los estudiantes.
Definitivamente, es importante que el docente pueda generar actividades que demanden al estudiante el despliegue de estas habilidades de aprendizaje autorregulado. En ese sentido, ¿hay metodologías de enseñanza-aprendizaje que hagan más probable el desarrollo del aprendizaje autorregulado?
Es un gran desafío para todos, y acá me incluyo también como profesor universitario, el lograr que los estudiantes sean agentes activos en su propio aprendizaje. Por un lado, es importante trabajar con tareas que sean relevantes para nuestra disciplina o profesión y que puede ayudar a movilizar a los estudiantes. Otra necesidad es que cuando los estudiantes vayan a trabajar sepan cómo encarar la tarea. Entonces, sea la metodología que sea, el poder andamiar la actividad del estudiante es muy relevante. Por ejemplo, estos días hemos trabajado con una profesora de química y ella generó algunos cambios en su curso. Ella utilizaba unas guías con algunas definiciones y conceptos de química. Esa misma guía contaba con apuntes sueltos, lo que ella hizo fue ordenar esa guía, secuenciar los problemas en orden de dificultad creciente y procurar un diseño amigable pensando en el estudiante. Lo que logró la docente fue secuenciar los problemas en orden de dificultad y darle cierta información al estudiante de lo que el problema le va a requerir. Entonces, eso lo ordenó y trabajó para darle alguna información más al estudiante y también incluyó en esa guía algunas preguntas que cada tanto le hace el estudiante volver sobre su propia actividad cognitiva y metacognitiva, esto es, que el estudiante piense sobre su propio proceso de aprendizaje. Por otro lado, también se replanteó cuestiones que tenían que ver con el sistema de evaluación, pues este penaliza mucho al estudiante que ya desde el principio de sus estudios sabe poco. Las evaluaciones eran prácticamente “eliminatorias”, por lo mismo, rápidamente quedaban fuera muchos estudiantes. Obviamente, no es lo mismo decir “tengo 15 días para trabajar con los estudiantes para que aprendan esto y aprueben el parcial”, a decir “tengo un curso para que aprendan esto”. Entonces, ese también fue un cambio importante ya que, a veces, en la universidad trabajamos por distintas razones con pruebas que son eliminatorias muy temprano en el curso. Nos da pocas oportunidades para que los estudiantes trabajen y de que nosotros podamos acompañarlos. Asimismo, se diseñaron algunos recursos albergados en la plataforma Moodle, se seleccionó algunos videos donde se desarrollan algunos conceptos claves de química, y se agregaron preguntas sobre el propio aprendizaje del estudiante, además de algún esquema que podía ayudar a organizarse. Al final, brindó más oportunidades para que los estudiantes trabajen sobre esos contenidos en un marco andamiado y eso, creo que tiene que ver con favorecer el aprendizaje autorregulado.
No es lo mismo enseñar estas habilidades a alguien de recién ingreso o que está a mitad de la carrera, ¿de qué manera se desarrolla el aprendizaje autorregulado a lo largo de la carrera?
Los desafíos son distintos y, obviamente, el estudiante de primer año, además de meterse en la disciplina, se está metiendo en el mundo universitario, por lo que debe ir sintonizando con lo que es propio de la carrera. No podemos pensar que, por estar en el primer año de universidad, el estudiante ya es capaz de organizarse de manera eficaz y autorregularse. También es importante considerar que, hay cursos donde el sistema de evaluación “elimina”
rápidamente a los estudiantes, pero necesitamos tiempo para trabajar con esos estudiantes y desarrollar el aprendizaje autorregulado. La necesidad de aprendizaje autorregulado también es mayor cuando el estudiante se encuentra en los últimos ciclos de carrera, pues pronto será un profesional y no vamos a estar ahí para asistirlo sino que deberá aprender de su propia práctica. Es muy importante situar al estudiante en ese contexto y contribuir mediante ejercicios de reflexión, preguntas, que cuente cómo ha considerado realizar sus trabajos o que explique por qué decidió tal procedimiento, es decir, fomentar habilidades metacognitivas. Entonces, al inicio el estudiante debe introducirse al mundo universitario y hacia el fin de la carrera es introducirse al mundo profesional, entonces, son momentos en que podemos fomentar la reflexión. Independientemente del momento de la carrera, siempre hay algo que podemos hacer para favorecer este aprendizaje autorregulado y autónomo.
Para culminar, ¿qué consejo le daría a los profesores que se animan a desarrollar el aprendizaje autorregulado en sus estudiantes?
En primer lugar, creo que es importante recuperar nuestro saber profesional. Es decir, nosotros podemos ser expertos en química, en física, en arte, en esto y aquello, pero fuimos aprendiendo y desarrollando este conocimiento poco a poco y sabemos qué dificultades tiene alguien que se inicia en nuestra disciplina o cuáles son las dificultades que nosotros mismos tuvimos.
Sugiero a los docentes recuperar su conocimiento experto y, desde ahí, tratar de explicitar algunas claves a los estudiantes sobre los problemas que van a enfrentar y cómo podrían resolverlos.
Lo segundo es promover la reflexión metacognitiva de distintas maneras, una forma muy básica es pedirle que nos cuenten por qué están haciendo algo (por ejemplo, un trabajo académico) y cómo piensan desarrollarlo. A partir de ahí, podemos tener insumos para la propia planificación de la actividad.
Muchas gracias por su tiempo, ha sido información muy valiosa que nos permite seguir reflexionando sobre nuestra práctica docente
Muchas gracias a ti, saludos.